11 de septiembre de 2011

FURMAR ES UN PLACER GENIAL SENSUAL


El título pertenece a la letra de un tango muy antiguo pero menos antiguo que el gusto de fumar tabacos, habanos o puros, que supera miles de años de existencia y que es parte de la identidad de los nacidos en la isla de Cuba, tierra que le dio prestigio y distinción legendaria. 

El tabaco cubano:
Para los entendidos el sabor, la calidad y la reputación de un tabaco se lo da Cuba. Y es que las características de su suelo y clima más la experticia de su elaboración logran un tabaco único e incomparable. Es así como Cuba convierte en tradición y obra de arte a este producto que conquistó indiscutible fama internacional. Las plantaciones de tabaco se cultivan en muchas provincias de la isla pero la mejor tierra se localiza en Pinar del Río, en especial la zona conocida como Vuelta Abajo, considerada la cuna del mejor tabaco del mundo.

Con más de 30 marcas y 700 vitolas, Cuba satisface los gustos de los más exigentes fumadores que aprecian su origen por encima de otros. Si bien el tabaco de mayor prestigio es el cubano, existen otros países productores de puros y cigarros como República Dominicana, Islas Canarias y México, que han también han alcanzado popularidad.

Compleja y dedicada elaboración:
Los cigarros de hojas de tabaco se diferencian a partir de factores como: tamaño, composición (distintos tipos de tabacos) origen y tipo de elaboración que puede ser manual o mecánica, esta última de menor calidad que los torcidos a manos. Asimismo, su clasificación depende de su tamaño, diámetro o grosor. Se llama “Vitolario” a las medidas elaboradas en Cuba desde el siglo XIX, época en  que las primeras marcas alcanzaron fama y prestigio mundial.

Muchas de las características más importantes en la fuma del tabaco como el tiro, la combustibilidad y la fortaleza, se lo da su grosor que a su vez se clasifica en: Calibre grueso (más de 18 mm de diámetro) Calibre mediano (entre 16 y 18 mm de diámetro) y Calibre fino (menos de 16 mm de diámetro).

Su aroma, color, aroma son verdaderas obra de arte que se perciben en un tabaco de calidad superior. El cigarro está compuesto por los tres tipos de tabaco que provienen de una misma planta: Ligero, que se extrae de la corona de la planta, le otorga fortaleza y sabor. Seco, es la parte del centro y le da el aroma, Volado, proveniente del pie de la planta le entrega combustibilidad. Su finalidad para ser degustado se lo entrega el “torcido” que es el enrollado de las hojas hasta convertirlo en cigarro. En el torcido intervienen: la Tripa, que es el volumen más importante y ésta puede ser larga o corta. El Capote, que es la primera hoja que sostiene la tripa, y por último la Capa que es la terminación del cigarro.

Habano y puro, no es lo mismo:
Habanos son solamente los elaborados en Cuba, mientras que los Puros son todos aquellos producidos en el resto del mundo.
“Habanos D.O.P. (Denominación de Origen Protegida): Término legal que se reserva para calificar los puros mayores de 3 gramos, de calidad tradicionalmente designados bajo al misma, fabricados en Cuba; conforme a las normas de calidad establecidas por la industria tabacalera cubana, con variedades de tabaco tipo negro cubano, cultivado en regiones específicas del archipiélago cubano, también protegidas como denominaciones de origen.”


El arte de las anillas y las etiquetas:
El tabaco es un producto que suma arte y deleite para los sentidos, por ejemplo sus anillas son obras de artes muy valoradas por los coleccionistas. Se cree que fueron introducidas en 1860 por Gustavo Bock, un europeo que había llegado a La Habana para crear fortuna con los puros. Cuenta la leyenda que la idea surgió con la intención de evitar que sus refinados clientes al fumar se mancharan sus guantes blancos. Por su parte, las etiquetas son decoraciones que se ponen a mano en las cajas de madera. Cuba fue la primera en introducir la clásica caja de puros habilitada a mediados del siglo XIX y hasta la actualidad sigue siendo la más conocida forma de envasar habanos.

Desde sus inicios, la industria del tabaco en Cuba ocupó una ventajosa plaza en el mercado mundial en virtud de la calidad de sus productos. Gracias al grabado litográfico, la presentación de estos trascendió su función puramente comercial para enriquecer el caudal de piezas artísticas creadas durante el siglo XIX, hoy hermoso legado de esta etapa de la historia nacional.



Algunos consejos para disfrutar el arte de fumar un habano:

-Cuando elija un puro debe fijarse en su color debe ser uniforme en todo el puro y la hoja de capa debe tener cierto brillo. No se preocupe si el habano presenta alguna mancha de color verde o blanco, esto no afecta su calidad.
-Tómelo entre sus manos y presione suavemente entre los dedos gordo e índice para examinar su estado, debe estar firme, pero no duro.
-Compruebe y disfrute del aroma de unas hojas bien curadas, aunque el sabor solo puede apreciarse al fumarse.
- Utilice en lo posible los cortadores especiales para habanos. Evite perforar el puro con un fósforo o palillo, pues esto crea nudos en la tripa del puro y dificulta la tirada.
- No trate de retirar la anilla que puede romper la capa.
-Utilice para encender su puro una llama que no tenga aroma, ejemplo, encendedor de gas butano, lámina de cedro o fósforo de madera. No emplear encendedores que su aroma pueda quedar en el habano: fósforo de cera, velas o mecheros de gasolina.
-Poner la boquilla del puro a unos 90 grados de la llama, girándolo para que encienda de manera uniforme.
- Siguiendo con el proceso de rotación, ponga el puro en sus labios y mantenga la llama a un centímetro de la boquilla del puro, aspire para que la llama llegue hasta el puro.
- Sople suavemente para comprobar que ha logrado una encendida uniforme.


¿Cómo lograr una fumada de excelencia?

-Recuerde que no es un cigarrillo, por lo que no inhale. Solo aspire de modo suave para que la boca se llene de humo y las papilas gustativas logren deleitarse con el distinguido sabor.
-Si desea volver a encender un habano retire toda la ceniza anterior. Se puede disfrutar a plenitud hasta las tres cuartas partes del tamaño de un puro.
-Para eliminar la ceniza no golpee el habano contra el cenicero, deje que ella caiga espontáneamente.
-Cuando termine de fumar un habano no lo aplaste, colóquelo sobre el cenicero y se apagará solo.

Algunos famosos fumadores:
























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